domingo, 7 de noviembre de 2021

 



EL CEMENTERIO DE BOBARE

No se tiene una fecha exacta de su fundación, pero sí pudo ver sido después de la fundación del pueblo de Bobare, específicamente el 6 de marzo de 1779, en la visita del Obispo Mariano Martí a nuestro pueblo de Bobare, cuando éste ordenó que se construyera un cementerio en la localidad de Bobare, para que pudiesen enterrar y las almas pudieran descansar en paz, desde esa fecha se supone que comenzaron los trabajos de Construcción del mismo. En tal sentido este campo santo lleva varios años de construcción y han sido enterrados en ese lugar una gran cantidad de difuntos del pueblo. De igual forma todavía hoy se pueden encontrar varias reliquias que quedan en el cementerio de arquitecturas de trabajos que se realizaron en los años 1800.

 


PLAZA EL MOLINO O GUADALUPE

No existe una fecha exacta de su fundación, pero se presume que fue en la década de 1920, por parte de los grandes comerciantes y autoridades civiles del pueblo, especialmente a don Carlos Zavarce de Lima el viejo, los hermanos Briceños, hermanos Alvizú, la familia de Lima, la familia Aranguren entre otros; ya que en el año 1926 el viejo Zavarce luego de recolectas mandó a adquirir una imagen de nuestra Virgen de Guadalupe a España para colocarla en la plaza. Asimismo había una gruta con un tanque de agua, para regar las plantas ornamentales, existentes en dicha plaza. Posteriormente en el año 1928 don Carlos nuevamente presento un proyecto para adquirir un molino de viento con la finalidad de extraer agua del subsuelo pero por ser muy salubre, tuvo que dejarse para lavar los baños y uso de la cocina en el lavado de los utensilios, ya que no era apta para el consumo humano. Asimismo don Carlos Zavarce hizo una colecta pública y pudo recolectar el dinero para traer directamente de los estados Unidos, específicamente de Chicago un molino de viento de Nombre The Aermotor, dicho proyecto estuvo a cargo del Ingeniero Roberto Bazzo y como técnico mecánico Mr. Macoll. De igual forma para mediados de 1980 comienza a cuidar dicha plaza la señora María Aracelis Torrealba de Rodríguez mejor conocida como Celia (QEPD).

            Lo importante es que esta plaza se ha mantenido para que todos los 12 de diciembre día de la Virgen de Guadalupe, los lugareños acudan a las serenatas y cantos que se le dedican a la virgen, patrona de Bobare.

 

Monseñor  Águedo Felipe Alvarado



     Nació en Piedra Colorada, caserío del Municipio Bobare, el 5 de febrero de 1845. Fueron sus padres don Rafael Alvarado y doña Gracia Liscano, quiboreños. Estudió primeras letras en Bobare con el señor Ignacio Partidas y posteriormente con el  señor  Rafael Giménez Alvarado, quiboreño también, quien por motivos político, había a asilarse en casa de los padres del niño, en Bobare.

          Cuando estalló la Guerra de la Federación, don Rafael Alvarado tuvo que abandonar lo que poseía en este pueblo y llevarse la familia para Quíbor. Esto redundó en  provecho espiritual del futuro Obispo  pues en esta población ingresó en el magnífico plantel que allí tenía establecido el Maestro· Mateo Liscano Torres. Además de las materias corrientes, estudió el joven Alvarado música vocal e instrumental en la clase que regentaba don Saturniño Rodríguez. Al mismo tiempo, entró a servir como acólito en la Iglesia Parroquial. Bajo la dirección del Cura, Presbítero Br. Rafael: María Briceño, empezó su carrera eclesiástica y cuando la Visita Pastoral del Ilmo. Arzobispo Guevara y Lira, le confirió éste la tonsura y las cuatro órdenes menores en el templo de N. S. de Altagracia de Quíbor, el 13 de noviembre de 1864. Atraído cada vez más por la vocación sacerdotal, trasladóse a Caracas el año siguiente y el 1 de septiembre comenzó un Curso de Filosofía en el Seminario Tridentino, obteniendo tres años después el grado de bachiller.

Recibió el Subdiaconado de manos del Arzobispo Guevara y Lira, el 30 de agosto de 1869. El Obispo Diez lo hizo Diácono y luego Presbítero, en Barquisimeto, el año de 1872. Cantó su primera misa en la Iglesia Parroquial de Quíbor, el 1 de septiembre de ese mismo año. Todavía era Cura de allí el mismo Padre Briceño, a quien de niño había servido como acólito. Hay una discrepancia entre los biógrafos del Ilmo.  Sr. Alvarado, respecto al año de su ordenación y de su primera misa. Unos dicen que fue en 1872; el doctor Simón Wohnsiedler escribe 1871.

Fue nombrado Teniente Cura de Yaritagua. En 1873 partió para Caracas a recibir el grado de Doctor en Ciencias Eclesiásticas. Luego regresó a Barquisimeto y fue nombrado Cura de las Parroquias de Cubiro y San Miguel. Entre las obras que realizó en Cubiro figura la casa cural que construyó. Es “la primera casa de portón” que existió en dicho pueblo.

Tres años después, 1877, fue designado Cura-Coadjutor de Quíbor.

Según la tradición, el primer templo de esta población, era una capilla con techo de paja, antigua; en 1808, el Pbro. José Pío Anzola, Cura a la sazón, acometió la empresa de construir un templo de tejas, con tres naves y pilares de madera. Hallábase ya en ruinas cuando llegó como Coadjutor el Padre Alvarado. A los seis meses de llegar, obtuvo del Obispo y del Cura el consentimiento para demoler esta vieja Iglesia y edificar en su lugar la que existe actualmente, la cual fue terminada el 1 de diciembre de 1881. La bendición fue aplazada para el 23 de enero del año siguiente, a fin de que coincidiera con las fiestas patronales de Quíbor. Para entonces el Padre Briceño había fallecido ya y el Obispo Diez nombró cura en propiedad de la Parroquia, al Presbítero doctor Alvarado. Estuvo sirviéndola hasta el año de 1886 en que se le cambió para la Parroquia de la Concepción, de Barquisimeto.

El 12 de mayo de 1900 fue nombrado Provisor y Vicario General del Obispado y Deán de la Iglesia Catedral; en noviembre de ese mismo año, elevósele a Vicario Capitular por muerte del Obispo Diez. Estando en ejercicio de este cargo, el Congreso Nacional lo eligió el 15 de junio de 1910 para Obispo de la Diócesis. Aceptado por Roma, fue consagrado por el excelentísimo señor José Aversa, Delegado Apostólico, en Caracas, el 6 de noviembre del mismo año.

Entre las obras realizadas por el Ilmo. Sr. Alvarado durante su actuación al frente del Obispado, se destacan la fundación del Seminario de Santo Tomás de Aquino, la venida de las Hermanitas de los Pobres, para que fundaran el Asilo del Corazón de Jesús en Barquisimeto; puso también toda su influencia e interés en la fundación de los Colegios de las Hermanas de San José de Tarbes y de los Hermanos Cristianos, en esta ciudad; esto, no siendo aún Obispo, sino Vicario Capitular.

En Barquisimeto se recuerda con gratitud su abnegada actuación durante los terribles días de las guerras civiles, cuando la ciudad de Barquisimeto era asediada.

Alvarado fue entonces el padre -amoroso, respetado y querido por los combatientes de uno y otro bando. Llegó hasta servir de parlamentario, en unión de don Federico Ramos y de don Eduardo Lindheimer.

Siendo todavía Vicario Capitular tomó parte en la redacción de la Instrucción Pastoral del Episcopado venezolano, dada  en Caracas en 1904.

Anciano ya, falleció este virtuosísimo Prelado en Barquisimeto, el 26 de septiembre de 1926.Su muerte fue hondamente sentida por todos. Entre sus grandes méritos, entre todas las virtudes que poseyó, sobresalían la dulzura, la humildad, la afabilidad de su carácter, el amor cristiano para con el prójimo. Las amarguras y contrariedades de la vida le hallaron siempre sonriente. Nada pudieron, ni aun la vejez misma, contra la eterna jovialidad de su corazón. Así, a su manera, dentro de la Religión, sin salirse de su centro, conoció y practicó lo que Gil Fortoul ha llamado el arte de embellecer la vida.

El Obispo Alvarado la embelleció con sus virtudes, con su jovialidad, con su humildad y Su afabilidad para con todos. Supo ser bueno, amable y útil.



                                      Sergio Ramón Parra

Nació, fue alumno y maestro de la Escuela Básica “Francisco de Miranda”. Sergio Ramón Parra cursó sus estudios primarios en el pueblo que lo vio nacer Bobare, el 24 de febrero de 1951. En 1964 obtiene el Certificado de Educación Primaria en el Grupo Escolar “Francisco de Miranda”. Posteriormente se va a cursar estudios de Música en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo, en la ciudad de Barquisimeto, y regresa en 1974 con el cargo de especialista de música. Excelente ejecutor del cuatro, las maracas y otros instrumentos. Se desempeñó como herrero, en la cual hizo varios trabajos incluyendo los ventanales de su casa que tienen dibujos alusivos a notas musicales.

También se destacó como escultor, realizando varia de ellas para la población de Bobare, incluyendo la estatua del beisbolista bobareño José Pastor Arrieche, el Indio Gayón que se encuentra en la entrada de la Población; el Dr. José Gregorio Hernández ubicado en la avenida Miranda entre calles 2 y 3. De igual forma se destacó como ebanista donde realizó innumerables obras entre las cuales destacan a Don Pio Alvarado, Luis Lozada el Cubiro la cual se encuentra en la plaza con el mismo nombre en la ciudad de Barinas, el busto del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, cuando este se encontraba preso en la cárcel de Yare y fue a entregarlo personalmente junto a otros compañeros incluyendo al Prof. Arnaldo Guédez en el año 1993, también era dibujante y realizó varias pinturas la mayoría alusivas a Bobare y algunos santos. Trabajó en el Grupo Escolar “Francisco de Miranda” hasta mediados de 1998.

Este insigne maestro cultor de la identidad bobareña se destacó en el canto y fue un católico que desde pequeño asistía a las misas de aguinaldo y en 1976 funda un grupo de Aguinalderos denominados “Guaragaitas”, los cuales eran los encargados de cantar las misas de aguinaldos en la población y en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Hoy día esta actividad es realizada por sus hijos Sergio, Juan y Marian Parra. A mediados de los 90 fundó un grupo musical que todavía hoy está presente en la población denominado “Piña y Cocuiza”. Sergio Ramón Parra es un docente muy querido por los bobareños y todos sus caseríos ya que se dio a conocer y a merecer el respeto de sus habitantes, así mismo tenía la costumbre de poner agua a los niños antes del bautizo, razón por la cual dejo a un nutrido grupo de compadres en toda la geografía de la Parroquia Aguedo Felipe Alvarado. Este ilustre maestro dejó de existir luego de una penosa enfermedad en la población de Bobare el 26 de junio de 2001[1]